Evaluación previa antes de la cirugía
Antes de la cirugía bariátrica y de la diabetes es importante conocer el estado de salud del paciente. Para ello, es importante valorar su edad, estado nutricional, patologías previas y actuales, medicaciones que está tomando y otros factores de riesgo añadidos a la obesidad como puedan ser la ingesta de alcohol y el tabaquismo. De los problemas que pueden empeorar los resultados de la cirugía, tenemos que destacar las patologías cardíacas y respiratorias previas. Esto hace que deba hacerse un minucioso estudio cardiorrespiratorio previo a la cirugía para descartar cualquier patología, y si la hubiera, valorar si está tratada y los riesgos que conlleva.
Cualquier patología previa cardíaca o respiratoria implica un riesgo aumentado, pero ese riesgo debe minimizarse si se conoce esa patología, esta tratada por un especialista y tanto el cirujano bariátrico como los anestesistas conocen el problema.
Riesgos de la cirugía bariátrica
Como cualquier cirugía abdominal, existen riesgos relacionados con la intervención. La gran mayoría de los pacientes operados de obesidad mórbida por laparoscopia experimentan pocas o ninguna complicación, y rápidamente retornan a sus actividades normales. Es importante recordar que antes de sufrir cualquier tipo de cirugía, usted debe preguntar a su cirujano a cerca de su experiencia y entrenamiento. Los riesgos de la cirugía de la obesidad mórbida por laparoscopia son menores que los riesgos y complicaciones inherentes a la obesidad mórbida y diabetes tipo 2.
Gracias a la cirugía laparoscópica y sobre todo a la cirugía laparoscópica en 3D, los riesgos intra y postoperatorios se han minimizado. Las cirugías de obesidad y diabetes tipo 2 son ahora muy cortas, del orden de menos de una hora para una manga gástrica y escasamente dos horas o menos para un bypass intestinal. Esto es muy importante de cara a las complicaciones, ya que cuanto menos es el tiempo quirúrgico, menos complicaciones suceden. Además, la cirugía laparoscópica en 3D aporta mayor seguridad en la técnica al visualizarse el campo en tres dimensiones, tal y como ve el ojo humano, por lo que la seguridad en la realización de las técnicas es mayor que con la cirugía laparoscópica en dos dimensiones.
Las complicaciones de la cirugía de la obesidad mórbida por laparoscopia son infrecuentes, pero pueden incluir sangrado, infección de la herida, infección urinaria, neumonía, trombosis venosa, embolia o problemas cardiorrespiratorios. La complicación más específica, pero poco frecuente, de esta cirugía es la fuga de contenido al abdomen a través de las nuevas uniones (anastomosis) creadas entre estómago e intestino o del cierre del estómago. Con la experiencia estas complicaciones son menores situándose por debajo de un 3% de los pacientes intervenidos y, además, suelen ser complicaciones no graves.
Estado nutricional del paciente antes de la cirugía
Es importante antes de la cirugía valorar el estado nutricional del paciente y corregir cualquier deficiencia. La obesidad no es una garantía ni mucho menos, de una correcta alimentación, por lo que es necesario un estudio analítico completo que nos diga si el paciente se encuentra bien nutricionalmente. Puede haber déficits de proteínas, hierro, minerales, vitaminas, etc. que deben corregirse antes de la cirugía para disminuir las posibles complicaciones, fundamentalmente problemas de cicatrización de las suturas y que puede ocasionar alteraciones en las uniones que hagamos y por tanto riesgo de fugas postoperatorias.
También son importantes las consideraciones nutricionales postoperatorias y en las que tiene mucha importancia el tipo de técnica quirúrgica que se va a realizar. Dentro de las técnicas quirúrgicas para el tratamiento de la obesidad mórbida o de la obesidad severa (tipo 2) con comorbilidades, hemos de distinguir fundamentalmente dos grupos:
Técnicas restrictivas
Como la colocación de la banda gástrica o la manga gástrica. En la manga gástrica se reseca el 80% del estómago del paciente. En la banda gástrica se coloca una anilla en la entrada del estómago para disminuir la entrada del alimento en él.
En estos pacientes y durante los primeros meses de la cirugía hay que tener en consideración varios hechos:
- Su capacidad de ingesta está muy reducida, aunque mejora progresivamente.
- Los primeros 20 días deben estar con líquidos incluyendo líquidos proteicos.
- Se les administra en el tratamiento un complejo de vitaminas y minerales (supradyn, multicentrum)
- Tras estos primeros 20 días deben pasar a purés, flan, yogur, natilla, etc. y en pocos días pasar a triturados con carne, pescado, huevo, etc.
Al mes de la intervención deben tomar ya dieta sin triturar teniendo en cuenta que en cada vez no pueden ingerir mucha cantidad. Hay que valorar fundamentalmente la ingesta proteica y evitar mucha fibra ya que puede ocasionar obstrucciones.
Por supuesto hay que obligarles a realizar ejercicio, simple al principio como caminar y luego progresivo. Con el paso del tiempo estos pacientes no suelen presentar alteraciones nutricionales ni de absorciones de nutrientes por lo que no necesitan en poco tiempo la ingesta añadida de vitaminas y minerales.
Técnicas derivativas.
En las técnicas de bypass lo que se hace también tiene un componente restrictivo, pero se añade un componente derivativo:
Aquí vale también lo descrito para las técnicas restrictivas, pero debe añadirse que puede ocurrir alteraciones en la absorción de vitaminas, minerales como el cobre y zinc, calcio y hierro. Es por esto que, además de lo comentado anteriormente, siempre debe haber una dieta rica en estos componentes. Además, estos pacientes van a necesitar de por vida unos suplementos de vitaminas y minerales para evitar su déficit, relativamente común tras los bypass intestinales, sobre todo los que son muy malabsortivos. Tienen que seguir controles analíticos rigurosos para siempre tener la certeza de que llevan una correcta alimentación y toman los suplementos prescritos. Son pacientes que, si no siguen los controles y no toman los suplementos prescritos, pueden sufrir graves alteraciones metabólicas que les repercutan en el funcionamiento de la mayoría de los órganos.