Síndrome metabólico
Desde hace unos años y ya definido por la Organización Mundial de la Salud, se describe el síndrome metabólico como una patología que incluye la obesidad, fundamentalmente la obesidad abdominal, la diabetes tipo 2, hipertensión arterial y alteraciones de lípidos y colesterol.
Se trata de una patología cada día más frecuente y condicionada por el aumento de la ingesta calórica y el exceso de sedentarismo. Este síndrome metabólico condiciona la aparición de complicaciones como alteraciones cardiovasculares, infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares, etc.
Cirugía metabólica
Concomitantemente a este síndrome metabólico, se describe la cirugía metabólica como aquella en la que se trata este síndrome con el objeto de obtener, no solo una disminución del exceso de peso, sino también una curación o mejoría de procesos como la diabetes tipo 2, hipertensión arterial, dislipemia, etc.
Por ello, hoy día hablamos más de cirugía metabólica que de cirugía bariátrica, dado que la mayoría de las veces la obesidad se acompaña de alteraciones propias del síndrome metabólico. Por ello, es importante a la hora de valorar una cirugía de obesidad conocer, no solo el sobrepeso del paciente y los resultados que esperamos, sino también conocer sus patologías asociadas, para elegir la técnica adecuada que trate tanto la obesidad como estas patologías, buscando una reducción del exceso de peso y una curación o mejoría del síndrome metabólico.
Seguimiento médico
Esto hace que sea importante el estudio preoperatorio para descartar todas las patologías que acompañan al sobrepeso, su tiempo de evolución, medicaciones que se precisan, estudios de laboratorio para valorar su repercusión y por supuesto, igual que es importante este estudio preoperatorio, será también indispensable un buen seguimiento médico postoperatorio para seguir la evolución de todo, incluyendo la pérdida de peso, cifras de tensión arterial, diabetes tipo 2, síndrome de apnea del sueño si lo hubiera, alteraciones en el metabolismo lipídico, etc.
Por ello, es muy necesario que se conciencie a los pacientes que vamos a operar, que es tan importante la cirugía que se va a realizar como el seguimiento. Este seguimiento valorará la pérdida de peso, la resolución de comorbilidades y además hará un seguimiento analítico programado para valorar posibles alteraciones de la absorción de vitaminas, minerales, y por supuesto valorar el grado nutricional con determinación de proteínas y albúmina en sangre para evitar desnutriciones.
Apnea del sueño
La apnea obstructiva del sueño es una patología que se produce durante el sueño por obstrucción de la vía aérea superior y que condiciona una desaturación de oxígeno.
Es muy típico como esta alteración provoca ronquidos llamativos, apneas y alteraciones del sueño, siendo este un sueño intermitente y con sensación de no ser un sueño reparador. Entre los factores de riesgo de esta alteración tenemos la obesidad, sexo masculino, edad, menopausia y adicción al tabaco.
El problema consustancial a esta patología es que puede causar accidentes de tráfico, fallo cardíaco, ictus cerebral. Para su tratamiento conviene corregir los factores de riesgo como la obesidad, tabaco, etc. Su tratamiento incluye los dispositivos nocturnos de presión positiva, corrección de alteraciones en las vías aéreas superiores, etc. Cuando esta apnea del sueño se acompaña de obesidad y se va a realizar una cirugía bariátrica o metabólica, lo esperado es que desaparezca esta apnea del sueño.
Salud gastrointestinal y microbiota
La salud gastrointestinal incluye muchos factores entre los que se encuentra una dieta saludable y equilibrada con una ingesta calórica adecuada y evitar los alimentos multiprocesados y un exceso de azucares y grasas.
Para esta salud gastrointestinal se da hoy día mucha importancia al estado de nuestra microbiota en el intestino. Esta microbiota, bacterias propias que se encuentran en el intestino, puede sufrir una serie de alteraciones y condicionar muchos trastornos digestivos, la mayoría de ellos bastante incapacitantes como digestiones pesadas, flatulencias continuas, cambios en el hábito intestinal (estreñimiento-diarrea), molestias o dolores en abdomen, etc.
Nuevas investigaciones sobre esta microbiota y sus alteraciones están en curso y hasta se ha demostrado la relación que pueden tener dichas alteraciones con la salud mental de las personas, relacionándose patologías como la ansiedad y el estrés con estos cambios de la microbiota.