La verdad sobre Ozempic y la pérdida de peso: opinión de un cirujano de la obesidad
Nuevos tratamientos farmacológicos contra la obesidad
En los últimos años estamos viviendo la aparición de un nuevo tratamiento farmacológico contra la obesidad con resultados esperanzadores y que han llevado a muchos y muchas pacientes con obesidad a administrárselos. Hasta ahora el tratamiento farmacológico de la obesidad se basaba en medicaciones con pocos éxitos y notables efectos secundarios.
Así, productos que provocaban a nivel central disminución del apetito, pero a costa de un deterioro mental en las actividades de la vida diaria, o medicamentos que al ingerirse evitaban la absorción de grasas, las cuales se eliminaban en heces de una forma llamativa que ocasionaba retortijones, pérdidas fecales y malos olores en las personas que las ingerían. Esto hacía que no se alcanzara apenas un número pequeño de pacientes que las utilizaran.

Hormonas implicadas en el control del apetito y origen del Ozempic®
Sabemos que existe una hormona, la grelina, que provoca un aumento del apetito y que se segrega en su mayor parte en el estómago. Lo contrario a la grelina serían las hormonas conocidas como incretinas y entre ellas los GLP-1. Estas hormonas favorecen la producción de insulina por el páncreas y además provocan una pérdida importante del apetito y un retardo en el vaciamiento gástrico. Las incretinas están de forma natural en el organismo y se producen en el intestino delgado, pero también se ha descubierto cómo producirlas farmacológicamente y utilizarlas en personas con diabetes, que fue su indicación inicial.
Una de estas hormonas descubiertas en laboratorio es la semaglutida, conocida comercialmente como Ozempic®. Su utilidad inicial fue como tratamiento de la diabetes, pero pronto se observó que provocaba una drástica pérdida del apetito, lo que llevó a su indicación para el tratamiento de la obesidad. Actualmente es un producto bien conocido y se utiliza en Europa desde su aprobación en 2018.
Funcionamiento, administración y efectos secundarios del Ozempic®
El Ozempic® provoca una pérdida llamativa del apetito que genera una significativa pérdida de peso. Se utiliza en forma de inyección subcutánea (debajo de la piel) una vez por semana, consiguiendo pérdidas de peso mensuales entre 4 y 8 kg. Es importante acompañar su uso de una dieta adecuada y su prescripción debe realizarla un especialista médico para un seguimiento adecuado.

Las personas que lo utilizan suelen estar satisfechas con los resultados, por la pérdida de peso y los efectos secundarios leves, que consisten en molestias abdominales, náuseas, vómitos y diarreas. Sin embargo, algunos pacientes no lo toleran y suspenden el tratamiento. Existen varias dosis, y las más altas suelen provocar más efectos secundarios.
Una de las ventajas más valoradas es que se trata de una medicación y no una cirugía, lo que reduce el temor o miedo en muchos pacientes.
Comparación entre Ozempic® y cirugía bariátrica
Comparado con la cirugía bariátrica, productos como el Ozempic® también logran pérdida de peso, aunque en menor medida. Cuando se necesita una importante disminución de peso por sobrepesos muy altos, solo la cirugía bariátrica puede garantizar resultados y mantenerlos en el tiempo. Además, existe el riesgo de reengorde tras dejar los medicamentos, ya que vuelve el apetito si no se controla la alimentación.
Resultados y costes de los tratamientos farmacológicos frente a la cirugía
Los estudios comparativos entre tratamientos farmacológicos y cirugía bariátrica muestran que la pérdida de peso es mayor con la cirugía, alcanzando habitualmente un descenso del 70-80% del sobrepeso. Con Ozempic® y otros similares se puede alcanzar un descenso del 20-25%, pero no suele ser mayor.
Son además medicamentos caros, y no están subvencionados en la mayoría de los casos por el sistema público de salud, salvo en pacientes con obesidad y diabetes, donde pueden adquirirse con prescripción del especialista en Endocrinología y una menor aportación económica.
Nuevos horizontes en el tratamiento de la obesidad
Estamos viviendo un momento de cambios en el tratamiento de la obesidad, gracias a la aparición de nuevas medicaciones como el Ozempic®. Se están desarrollando nuevos estudios y surgen nuevos fármacos, entre ellos la tirzetapida, que actúa como GLP-1 y GIP, otro receptor hormonal clave en el control de la diabetes.
Estos medicamentos buscan un beneficio para el tratamiento de la diabetes, pero ofrecen un beneficio secundario importante para millones de personas con obesidad. Es probable que el futuro del tratamiento de la obesidad continúe con nuevos fármacos, aunque la cirugía bariátrica seguirá siendo la más efectiva y con mejores resultados a largo plazo.
Eso sí, debe realizarse por cirujanos especializados y con experiencia, capaces de minimizar complicaciones y efectos secundarios. Además, la cirugía requiere únicamente controles periódicos de laboratorio, a diferencia de los tratamientos farmacológicos, que precisan inyecciones semanales.