Fístula anal: Qué es y cómo se forma

Una fístula anal es una conexión anormal entre la superficie interna del canal anal y la piel que rodea la región. Clínicamente se aprecia un orificio cercano al ano por el que hay supuración y molestias continuas.

Una fístula anal se genera a partir de las glándulas anales, localizadas entre las dos capas de los esfínteres anales y que drenan al canal anal. Si la salida de las glándulas anales resultara bloqueada, se forma un absceso, el cual eventualmente protruye a la superficie de la piel perianal. Una fístula puede estar presente con o sin absceso y puede conectarse simplemente a la piel de las nalgas cerca de la abertura anal.

Causas y factores de riesgo de la fístula Anal

Se trata de una patología relativamente frecuente, que suele afectar a personas relativamente jóvenes, especialmente en la 5ª década de vida, más en varones. Habitualmente su causa es la infección de glándulas anales, aunque también puede aparecer en patologías como la enfermedad de Crohn, donde se presentan incluso antes de los 40 años, suelen ser más complejas y de tratamiento complicado con alto índice de recidivas.

Síntomas de la fístula anal

Los síntomas de una fístula anal incluyen dolor y supuración en la región perianal. El paciente refiere muchas molestias en la zona y la salida a través de un orificio de contenido sanguinolento o purulento. En algunos casos, puede aparecer fiebre, sobre todo si el inicio es en forma de absceso.

Síntomas fístula anal

Tratamiento convencional de la fístula anal

El tratamiento quirúrgico convencional con extirpación de la fístula, colgajos, etc., es complejo y puede tener como secuela ciertos grados de incontinencia. Al tener la fístula un trayecto habitualmente entre los dos esfínteres anales, su tratamiento convencional puede dañar alguno o los dos músculos, provocando una debilidad del complejo esfinteriano que ocasione incontinencia.

Tratamiento innovador: Láser de diodo para fístula anal

El riesgo de incontinencia en la cirugía convencional ha llevado a estudiar alternativas innovadoras, como el tratamiento con láser de diodo.

láser para fístula

El tratamiento con láser se basa en el cierre del trayecto aplicando energía láser en 360 grados. Se utiliza un moderno láser de diodo con 1470 nm de longitud de onda, con una tasa de éxito del 80% y sin riesgo de incontinencia postoperatoria. La técnica consiste en pasar la fibra láser por todo el conducto de la fístula, desde su orificio externo en la región perianal hasta el orificio interno en el canal anal, activando la energía láser en forma de haz de 360 grados hasta el cierre total del trayecto.

Estudio preoperatorio y preparación para la cirugía láser

Antes de la cirugía, se debe realizar un estudio preoperatorio completo y descartar la posibilidad de enfermedad de Crohn para evitar sorpresas con recidivas. El tratamiento puede realizarse de forma ambulatoria bajo sedación anestésica, permitiendo que el paciente regrese a su domicilio pocas horas después. La vuelta a la actividad diaria se logra en pocos días. Esta técnica se conoce como FILAC (Fistula Anal Laser Closure).

Recuperación y cuidados posteriores a la cirugía láser

Mientras que la cirugía tradicional requiere curas repetidas hasta la completa cicatrización, la técnica láser solo necesita baños de asiento sencillos y la aplicación de antiséptico en la zona del orificio externo. Es recomendable mantener unos días de tratamiento antibiótico para evitar infección y favorecer el cierre del trayecto fistuloso.

Aplicación del láser en diferentes tipos de fístula anal

Este tratamiento con láser puede aplicarse en casi todas las clases de fístulas anales. En las más sencillas suele ser suficiente como tratamiento único. En fístulas complejas con varios trayectos, se recomienda la tutorización de los trayectos con un setón, para posteriormente aplicar el láser. Los resultados de esta combinación también son muy buenos.

Experiencia y recomendaciones para el tratamiento de fístulas anales

Nuestra experiencia indica que, antes de realizar el tratamiento láser, se debe:

  • Descartar otras patologías como la enfermedad de Crohn.

  • Realizar un estudio preoperatorio con exploración en consulta para valorar los trayectos de la fístula.

  • Completar el estudio con resonancia magnética pélvica para determinar con exactitud las características de la fístula.

Según el caso, se procederá a la cirugía láser como tratamiento único o tras la tutorización con setón. Las grandes ventajas del láser incluyen:

  • Ausencia total de incontinencia postoperatoria.

  • Rápida recuperación con vuelta a las actividades de la vida diaria en pocos días o semanas.